Esta terapia consiste en la estimulación de todos los sentidos (vista, oído, gusto, olfato, tacto, propiocepción y sistema vestibular) mediante estímulos y actividades significativas controlados por el terapeuta, pero dejando al paciente libertad para explorar y descubrir. Su objetivo es, partiendo siempre de la edad y desarrollo real del paciente: mejorar la calidad de vida, trabajar todos sentidos para mejorar o incrementar la percepción, propiciar las relaciones sociales, mejorar la comunicación, potenciar la exploración del medio y mejorar la autoestima, entre otros.
También puede usarse como recurso de relajación ante cuadros de agitación.
Cuando acudir a una Terapia de Estimulación Sensorial: cuando el niño o adulto presente problemas sensoriales, o como medio de estimulación temprana y prevención o mantenimiento en caso de demencias.
Esta herramienta terapéutica puede emplearse en pacientes de cualquier edad, en quienes presenten algún trastorno sensorial o cuya patología les produzca un déficit en este área, como tratamiento; o en niños y adultos sanos, como medio de estimulación temprana o prevención de déficits sensoriales puede suceder en el caso de los pacientes con demencias.